
Los códigos de vestimenta han sido una norma a la hora de marcar la pauta para ciertos eventos, ocasiones, empresas y profesiones. Para nadie es un secreto que los médicos se visten de blanco y/o con una bata. También los abogados se visten de blanco y negro, por lo menos de negro.
Normalmente las mujeres se visten de blusa, blazer y falda hasta las rodillas o un poco más abajo. Mientras que los hombres con traje, camisa blanca y corbata no tan llamativa. Sin embargo, con el tiempo se ha flexibilizado ese dress code, aunque sigue siendo un tema incómodo para el mundo jurídico y sobretodo, en unos lugares más que otros.
En mundodeabogados.com nos paseamos por la historia hasta llegar a la actualidad para demostrarte que el Derecho siempre ha sido una profesión de altura y que se demuestra desde la vestimenta y presencia de los abogados en cada juicio oral y en cada representación ante los clientes.
Un origen poco usual
Es de hacer notar, que desde la antigua Roma los senadores, cónsules y otras instituciones de renombre del imperio se destacaban por usar en su vestimenta característica una toga de color blanco, que sin duda alguna, tiene alguna repercusión en el atuendo de los jueces hasta en estos tiempos.
Trasladándonos hacia el año 1.694, el mundo presenció la muerte de la Reina María II de Inglaterra, en donde los jueces ingleses asistieron con vestimenta de color negro en señal de luto, para congraciar con el rey Guillermo III, viudo de la recién fallecida monarca.
Por otra parte, ya para el siglo XVIII se evidenciaba la vestimenta formal de los abogados, que siempre figuraban como los representantes del poder de la palabra escrita y la argumentación. Todo esto, en contraste con el alto número de personas analfabetas que no tenían acceso a la educación.
En el mismo orden de ideas, en 1.814 el Tribunal Supremo de España institucionalizó la vestimenta de color negro para los abogados, incluyendo la toga y el birrete para los jueces.
Recomendaciones o imposiciones

Para estos tiempos, la vestimenta no ha variado mucho en el color, pero poco a poco se van flexibilizando algunos detalles. En países como Argentina, la Corte Suprema de la provincia de Mendoza estableció que los colores a usar por los colegiados son los oscuros, como negro, azul y gris. El hombre debe usar la corbata “evitando pomposidad y exuberancia”.
Todo esto tiene como finalidad preservar los símbolos de la abogacía. La razón de los colores oscuros es que los magistrados y abogados pasen de ser percibidos y no ocupen el centro de la atención, ya que los protagonistas deberían ser los defendidos, acusados y el caso en sí. Objetividad ante todo.
También en Chile, en el 2.015 se difundió mediante un screenshot del documento por la red social de Twitter cuál era el código de vestimenta del estudio jurídico Bofill-Escobar, que apuntaba más al atuendo de las mujeres.
Algunas de las “recomendaciones” iban en torno a evitar las uñas largas pintadas de colores, maquillaje llamativo, evitar exceso de perfume, así como que evitaran pintar el cabello con colores no naturales, exceso de laca y que no se dejaran crecer el cabello debajo de la cintura. En cuanto a la vestimenta en sí, no debían usar pantalones cortos, ropa ajustada, transparencias, encajes, lentejuelas, brillos ni usar telas con estampados.
Un equilibrio que modele la profesión

Pese a los extremos citados anteriormente, en estos tiempos las firmas de abogados buscan el equilibrio entre lo tradicional y lo flexible. Siempre la presencia y la primera impresión es muy importante, pero sin ánimo a caer en lo extravagante, la vestimenta se ha ido flexibilizando.
Hay firmas y otras empresas jurídicas en donde han quitado la corbata en los hombres, salvo eventos muy formales, y aunque permanecen los colores neutros y oscuros, el enfoque va más al conocimiento y a la justicia, y a la cercanía entre los compañeros de profesión.
El equilibrio viene dado con aprender a convivir o a coexistir entre los modelos tradicionales y más contemporáneos, entre el clásico abogado vestido de negro, corbata y maletín, con las nuevas generaciones. Es parte de las expresiones multiformes de la profesión, como sucede en otras áreas.
El punto es que es necesario conocer los orígenes por su valor histórico y razón de ser, para que puedas abrirte paso a lo que está por delante, teniendo una armonía entre el pasado, el presente y el futuro del Derecho. Los estándares de modas pasan o evolucionan con el tiempo, pero en este particular, los representantes de la justicia seguirán mostrando su profesionalismo con su presencia, gallardía, pero sobretodo, con su conocimiento y poder de la palabra y la argumentación.